sábado, 14 de junio de 2008

Purple Haze (Jueves de Perdón)

El otro día daba vueltas por mi sala y vi que en la tele mi mamá veía un programa esotérico. Como suelo burlarme de ese tipo de cosas, me senté para tener fundamento de lo que diría. Pero los efectos fueron los contrarios. Quizá era porque estaba tan high que todo me llamaba harto la atención, que al final terminé prestándole más importancia de lo usual a lo que escuchaba que decía la tía esotérica. Decía que era el jueves del perdón y no sé qué más, que había que pensar en morado y perdonar interiormente a todas las personas que considerábamos estaban en falta. Y no sé por qué le presté tanta atención! Porque terminé creyéndome todo el rollo! Pensé que nada perdía, por útlimo me considero de pensamiento abierto y creo que todas las posibilidades, de existir, es porque deben tener siempre probabilidad de efectividad. Era lo mismo que creer en Dios. Así que decidí pernsar en morado. Al inicio no lo concebía. Morado? Ya he pensado en colores: amarillo, azul, verde... pero, morado? No entendía. Traté de buscar en mi memoria relacionados a este color pero nada a excepción del Señor de los Milagros. En eso no podía pensar, porque mezclaba una cosa con la otra. No sé por qué morado me sonaba a viscocidad. Noté que era por un capítulo del "Fantasma Escritor" donde el protagonsta era un puaj morado. Traté de buscar algo más adecuado. Saltaron a la memoria los teletubis: imaginé el campo verde y burbujar moradas subiendo al suelo. Estaba mejor, estaba progresando. No sólo era el morado, también era el acto en sí de perdonar. Soy muy resentido y para que perdone a alguien tengo que ver que la persona sienta realmente el acto que causó tal resentimiento. Eso casi nunca suele suceder. A mí tampoco me gusta demostrar que estoy arrepentido, doy la impresión de siempre para adelante. Es una cuestión de orgullo. Ya, ya.. sí me lo han pisoteado alguna vez, y quizá por eso ahora me guardo tanto de las consecuencias de juntarme con algunas personas. Vuelvo al morado. Me acuerdo de la Fábrica de Chocolates, pero ahí todo era marrón. Uno o dos arreglos a la imagen: lagos de morado, praderas de morado, estoy mejorando! A quién perdono (supuestamente). Dos imágenes, dos personas. Personas importantes, pero una ingrata y la otra hipócrita. El morado regresa a su original marrón chocolate. Se cayó todo. Intento de nuevo. Quizá no era lo mejor suplantar el chocolate por el morado y por eso se me cayó la imagen. Pienso. Pienso. Pienso. Nada. Jimi Hendrix me salva la vida. "Purple Haze". Canto mentalmente la canción. Da resultado. Esta canción siempre me hacía imaginar mi cabeza llena de un gas morado. Morado, hay morado por todos lados. Lo he logrado. Pongo las imágenes de las personas, estropean el Pruple Haze, pero sale de nuevo. Esas rolas de Hendrix sí que son el mejor remedio. Podría citar 100 canciones más de él, todas certeras. Seguir con el morado, preocuparse más por las imágnes. Qué sentido tendrá? Se supone que me sentiré mejor conmigo mismo después de esto, se supone que estoy haciendo algo bueno. Me ayudará, estoy seguro. Sacará los karmas y me limpiará. Sonrío. Me siento mejor. Que siga el Purple Haze, aunque estas dos personas no se lo merezcan. No se lo merecen, por eso lo hago por mí, para mi bienestar, egoístamente. Morado. No importa, total, es el día del perdón. Ja. No sé si después de este ejercicio las habré perdonado, pero al menos lo intenté, y eso es lo bueno, cierto? Di que sí nomás.




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