Estamos aquí sentados, yo y mis amigos en una mesa, bebiendo cerveza. Compartiendo experiencias y bailando al rededor de la mesa. Estamos frente a mi colegio, ese lugar donde pasé la mayor parte de mi pubertad, donde cometí imbéciladas y reí de chistes chacras con sujetos que prostituyeron luego su imagen y su pensamiento. Hablo con mi amigo de al lado mientras los demás bailan cumbia, las chicas se entretienen con estos ritmos movidos. Están de moda y a buena hora. "Ay se ha muerto mi abuelo, ayayay". Hablamos, no sé, de temas variados. La pared está llena de pósters, en uno sale un puente que él me dice queda en cusco, que sería una maravilla estar allí. Desde mi asiento no lo veo muy bien, le digo, tendría que pararme y apreciarlo de cerca pero no voy a hacer eso porque me conozco y sé que me quedaría rato parado frente al póster, frente al puente, uniéndome a sus formas y estando yo sí verdaderamente en ese momento en ese puente. Sería ridículo bajo estas circunstancias, en una pinacoteca o en una exposición callejera puedes hacer eso, pero al bar vienes a hablar o vienes a bailar o vienes a alcoholizarte o vienes a entrar y salir del baño las veces que quieras. Yo nomás vine a hablar y a bailar esta noche. Hablamos de artistas, la música está genial, el que canta esa jamás conoció el éxito éxito, su disco salió un año después, cuando él ya estaba muerto de sobredosis, quizá heroína digo, era California pues no? Los pósters están por todos lados y llaman la artención, hay uno de Bob, relajado, la pose clásica: agarrando el blunt y sonriendo de perfil. Bob era un maestro, ninguno de los dos lo dudamos y el resto de la pandilla creo que tampoco. Él era natural mystic. Pero yo estoy algo suspicaz y hasta malicioso, no sé, digo, fácil Bob también probó la heroína.
-Vivió un año en Londres... - me dice mi amigo, pensándolo.
Él es más natural mystic que yo, pero sabe que las tentaciones existen. El lado oscuro es el lado oscuro, digo yo. Pero no creo que haya sido vicio en él, creo que sólo probó.
-Pasó por ahí -le digo- : como tú por Le Cordon Bleu.
Se ríe. Sabe que es cierto, por la escuela de cocina sólo pasó. Tal vez lo mismó sucedió con Bob, por la heroína solo pasó. Yo insisto, el lado oscuro es el lado oscuro... Mi amigo me concede la razón con la mirada y la expresión en general y coge de nuevo su chop. El lado oscuro también me tienta a cada rato, pero lo soporto, me hace acordar una persona.
-Salud. Por la perra esa.
-¿Qué perra? - me pregunta.
-La perra esa. Que ahorita debe estar siendo penetrada por el lado oscuro.
Mi amigo me comprende, lo ubiqué perfectamente, sabe de quien estoy hablando.
-Salud - agita su vaso.
-Salud. Por esa prostituta.
Estallo en risa. Suena otro tema que me gusta, está buena la cumbia carajo.