lunes, 30 de junio de 2008

Avisos del Blogger

AVISO
El blog ha evolucionado. Cuando salió en la web era simple; sin embargo, de casualidad he ido escribiendo más y más, y recibí algunos comentarios positivos por el blog de algunos conocidos, otros no tan conocidos, desconidos, y los no queridos conocer. Por lo tanto supuse que debía ofrecer un mejor servicio a quienes me leían y exploré otros blogs para ver en qué me estaba quedando y en qué se podía, por consiguiente, mejorar. Entonces agregué el contador, el reloj, las etiquetas, y los más importantes, la suscripción y la calificación de publicaciones. Y en esto radica mi molestia: en que recibí un impulso de otros para mejorar y poner más atención en el dominio sin esto tener resultados.
Casi no hay personas suscritas, y eso me decepciona porque pensé que quienes me apoyaron eran lectores constantes o esporádicos, pero al fin y al cabo lectores, y que estarían, por ende, interesados en recibir la actualización en su mail, pero eso no ha pasado, pues. Bueno, si recién por este aviso se percatan de que había suscripción, los invito a hacerlo: poner su mail en el campo de texto vacío de la columna derecha, presionar en "registrarse", acèptar la ventana emergente, revisar su correo, abrir la correspondencia de Feedburner, clickar en el vínculo y listo. Y quienes me leen y ya vieron que hay posibilidad de calificar las publicaciones, lo hagan.
ADVERTENCIA
Este no es un blog común, como ya dije, ha evolucionado mucho. No es el clásico diario virtual del chico pavo del salón o la chica emo del barrio. Es la representación gráfico textual de la cabeza de un sujeto que ya está algo cuerdo. Las primeras publicaciones eran mesuradas, pero las actuales requieren de conocimientos previos o de una cultura semi liberal. Quienes me conocen y leen el blog quizá comprendan porque saben como soy, pero otros tal vez no entiendan nada. Exactamente, para leer este blog, hay que ser de pensamiento proyectado (sé que si digo de pensamiento profundo muchos me arrojarán basura y las orejas me arderán al irme a dormir). También es para distraídos y gente de mente abierta, o de asimilación sencilla a ideas nuevas. Estoy seguro que muchos cucufatos huyeron espantados del espacio y pensaron que era un orate y un toxicómano, pero es de seguro porque no comprendieron el mensaje de fondo o se tomaron muy en serio la borma. En fin, a quienes les agrada, sigan leyendo, a quienes no, váyanse bien lejos que este es mi espacio y yo soy libre de representar mis ideas como quiera! jaja!

Sueños

Sueño,
Que tomo un carro a la vía expresa y que me bajo en el puente Corpac. Que hace frío y que camino de frente a la derecha, hasta Antquera. Que veo el ying yang que cuelga de la ventana de tu cuarto y que ya se me dibuja la felicidad en la cara. Mi chiquita tierna. Que toco el timbre, que me abres la puerta, me das un besito, me sonríes dulcemente, me dices espérame por favor, que sacas tu chalina y salimos a pasear por el Olivar mientras fumamos cigarrillos.

Sueño,
Que pasmaos la tarde sentados en el sofá, conversando agarraditos de la mano. Que bromeamos mucho y jugamos a montón, que nos besamos y cuando lo hacemos nuestros ojos permanecen cerrados, viajando entre tú y yo. Que te insisto para salir a pasear pero no podemos, que qué importa, que llega tu mamá con tus hermanos y que ellos se alegrarán a verme, tu hermanita me saludará y tu hermano me contará de algún dibujo animado o me pedirá que lo ayude con su álbum. Que saludaré a tu mamá, me preguntará la mía qué tal, y que nos dejarán allí, tranquilos en el sofá. Que cuando llegue tu papá conversaremos de fútbol o política mientras te alistas para ir a dormir, te pones el pijama rosado que siempre soñé, que me despides en la puerta de tu casa, me dices chau amor cuidate mucho nos vemos mañana.

Sueño,
Que despierto y te veo a mi lado, recostada sobre mi brazo derecho. Que te doy un besito en la frente y abres los ojos taciturnamente. Que desayuamos juntos en la misma mesa y estamos dispuestos a pasar un "Saturday I'm in Hiper Love", el último hit dedicado para nosotros especialmente por Robert Smith. Que nada dañó nuestra relación y nos elevamos sobre los campos del Olimpo y más allá, para hacer nuestro amor inmortal.

Sueño,
Pero suena la alarma y tengo que despertar. Es un día más y siento mi triste realidad, mi eterna soledad. Quiero echarme de nuevo a la cama y cerrar los ojos para continuar mi sueño, pero es mi tarde, las circunstancias me lo impiden, ya es muy tarde y se hizo presente la realidad.

Sueño,
Pero tarde o temprano me iba a tener que levantar.


A una chica fugitiva...
A la chica ingrata de cada día...

viernes, 27 de junio de 2008

En busca del olvido

Entre las tantas cosas que nos contó el Mocho, estaba lo del opio. Se generó por si solo el tema, Mocho relataba una de sus tres mil historias cuando mencionó de una nueva droga que había consumido algunas veces y que aludía era más poderosa que el mismo ácido. Se trataba del opio. Discutimos del tema porque yo también concocía -aunque por libros- de esta planta enteógena. Pero, más que todo, hacía preguntas; consistía en un aceite que vendía una señora -que, para el negocio, contaba con un bandón de matones- en una provincia norteña y calurosa del país. El Tiros se animó, a pesar que él no era de viajes: prefería la tensión. Quedamos, entonces, en conseguir el aceite todopoderoso.

A mí me bastaba, había leído mucho al respecto y sabía que era considerada la "droga del olvido". Cruzaba tiempos de autoexploración. Y consideraba que en mi fuero interno creaba situaciones y comportamientos equívocos que me perjudicaban, entonces necesitba hallar el camino. El opio no me caería mal, los viajes que le atribuían indicaban que tenía el poder de ordenar el universo y comprender las iniquidades del hombre. No obstante, dejé que pasara el tiempo y llegara por sí sola, en las manos del Mocho, sabía también de su poder adictivo, y por esa característica me contuve, no era necesario tanto peligro, lo de la conversación había sido la euforia de la borrachera y otras cosas más.

De todas maneras esperaba que el Mocho sorprendiera con el aceite en uno de sus viajes al puerto norteño. Pero un día me fue mal: se derramó la gota del vaso. Un tormento, una persona, una persona inolvidable, que iba y venía, a efecto de boomerang, sin motivo certero, y que cortaba la corriente del viento de mi vida. Necesitaba olvidar para concebir la tranquilidad, así me tuvieran que extraer un pedazo del cerebro. Mi mente, hábil, me dio la solución y recordó que el opio era la droga del olvido. Necesitaba deleitarme con lo absoluto para quitar la mirada a minimidades como ella. Era la hora.

Inquieté al Tiros y viajamos a norte. Seguimos las instrucciones del Mocho, de manera que demos un paso erróneo y resultemos atacados por los matones de la portadora del icor. Fue arduo. Tres días en la ciudad y no habíamos conseeguido nada, esa señora sí que sabía mantener su mercado negro en la clandestinidad. Preguntamos hasta a los hippies de la plazuela, pero con ellos no era la cosa. Dormimos muertos de cansancio al siguiente día, esperando el nuevo resplandecer y nuevas oportunidades a nuestro alcance.

Después de una semana se nos dio la oportunidad. Nosotros nos sentábamos cerca (no tan cerca y escondidos, lejos de los ojos de los brabucones) y observábamos, esperando la oportunidad. Entonces vimos salir un viejo de pipa, sombrero, traje negro y maletín. A primera impresión supimos de dónde salía y qué llevaría en el maletín. Lo abordamos. Nos confesamos ante él. Una vez terminada nuestra explicación cogió del hombre al Tiros y dijo:

-Te comprendo, yo lo comprendo todo. Son jóvenes, están en el derecho de querer encontrar la relación de lo que nos rodea. Esta es sólo una vía, sean inteligentes o acabarán mal. Yo también busqué como ustedes, el universo y el olvido, y sé que la búsqueda está llena de vigor y de obstáculos, por eso los ayudo -se rascó la barba y nos hizo un ademán para que lo sigamos.

Nos llevó con él a una parte solitaria del camino, y ahí nos sentamos bajo el árbol. Nos platicó una que otra cosa de su vida mientras abría el maletín. Explotó un aura púrpura y vimos copiosos pomos con el mismo resplandor.

-A mí no me cuesta darle algunos de estos, pero primero los acompañaré en su búsqueda -vertió el elíxir en su pipa junto a algo de sativa y aspiró unos toques. Lo rotó a mí y luego al Tiros.

El sabor no era muy agradable. Los efectos, ligeramente inmediatos. Nos sumimos en una especie de sueño, lo miré y le pregunté:

-¿Y ahora, qué?... -me interrumpió:

-Ahora no existen las dudas, impera la coherencia.

Me sumí en un grande sueño. Estaba tirado en el césped, haciendo equis con mis brazos y mis piernas. Reía. Reía que lloraba. El sol brillaba y los pajaros se movían oblicuamente. Mi vida era una historia. La viví de nuevo. Sentí mis errores y mis logros, entendí las razones de las demás personas, era empatía pura. Me extasié con la paz del unvierso. Permanecí así durante un prolongado tiempo y seguro que mi compañero también estaba así. Olvidé mis penas, perdoné a los injuriosos.

Abrí los ojos y caían pétalos del cielo. Me senté cerca al Tiros.

-El hombre no está, -me dijo- desapareció.

Tenían razón. El gentilhombre se había ido. Junto al árbol había un pequeño bolso rojo. Lo abrimos y vimos que nos había dejado tres pomos del elíxir y una nota alentándonos a encontrar lo que buscamos y, una vez encontrado lo perdido, no vayamos más allá. Así, también, nos aconsejaba respeto y prudencia, porque nada era peor que la fueria de la naturaleza y la indecisión del ego. Como nos sentíamos cansados, dormimos esa noche bajo el árbol y bajo algunos efectos del opio, aún. Nos sentíamos bien, fue una buena experiencia. A la maána siguiente despertamos, cogimos el bolso y prometimos cumplir las pautas del caballero.

Caminamos, y así pasó mucho tiempo. Comprendimos muchas cosas, y cuando ésto sucedió retomamos nuestro camino, tranquilos y experimentados. Y con el recuerdo en el olvido, que para mí fue lo mejor.



jueves, 26 de junio de 2008

The Rise and The Fall

Yo ya sabía que iba a pasar, porque él mo lo decía y yo, al conocerlo, sabía cuando me mentía y cuando decía la verdad. Me lo decía preocupado, no como anteriormente, que lo decía de forma pasajera, como algo que ansiara y no como algo a lo que ya no podía escapar. Fue poco a poco, de manera paulatina. Pero parece que desde el primer momento lo comprendíó. "Me estoy quedando", decía. "No sé cómo recuperarme", añadía. Esperaba que pasaran los días con la esperanza que al nuevo despertar se redujeran sus síntomas, pero no pasaba nada. En las mañana creía haberlos superado; por la tarde, regresaba todo de nuevo. Nadie cree porque el siempre respondía que edstaba bien, quizá no lo demostraba pero su palabra, como la de todo hombre, era importante; además, estaba en su derecho: nadie acreditaría sus palabras. Después fue empeorando. Me acuerdo que desde pequeño temblaba al coger la cuchara, que cuando empezábamos a divertirnos psicodélicamente la situación se acentuó un poco y ya no le temblaba la mano si no el brazo. En las fiestas no se divertía tanto, en un momento aparentaba estar bien, pero al siguiente ya se notaba que sufría. Yo lo percibía más por lo mismo que siempre lo acompañaba, sin embargo los demás también notaban que se pasaba de vueltas. Es que dejaba de bailar, respirba hondo, se cogía el corazón y la pierna le tembalaba sin remedio. Cuando se exacerbaron los síntomas fue peor. Yo ya no lo dejaba para nada solo porque sabía que en cualquier momento le podía pasar algo, andaba tan distraído... Él estaba más preocupado que nunca. "No puedo escribir, me tiemblan los dos brazos, recuerdo a mi abuela", repetía. Tenía razón: parecía su abuela cuando le dio lo del parkinson, se sentía triste porque él sabía, cuando le veía, que tras su muerte le dejaría su enfermedad, y así estaba pasando. Lo peor era que no tenía cómo pedir ayuda, era difícil confesarle a sus padres que era un psiconauta y que su sistema nervioso se estaba haciendo trizas a causa de esto, y lo más feo era tener que insistir en que ahora su modo de vida era así; sus padres lo internarían de esa manera. "Yo no quiero ir al internado", comentaba. Estaba en lo cierto, eso n o solucionaría los síntomas que tenía. En otras ocasiones me comentó que las palabras se le quedaban dilatadas en el cerebro. Estaba espantado, intuía que no le quedaba mucho, que o se quedaba o se iba. Ya no quería no drogarse, no lo distfrutaba. Le bajó la mano a todo, consumía psicoactivos con menos frecuencia y ya no era el chico animoso por tener un viaje y experimentarlo a no poder más. Ya no lo dejé solo, empecé a añorar a mi amigo, quien sabía o partiría o perdería la razón. Lo digo porque en su vista no se veía nada, y es cierto que que la vista es el reflejo fidedigno del pensamiento. Se quedaba, se extraviaba demasiado. Entonces llegó su hora. Era el festival más grande de nuestra música favorita en el país y se reforzó de ánimos a más no poder. Por eso también descubrí que tenía que partir, era su último golpe de fuerza, ese ánimo reservado solo para una ocasión especial. Se le empezó a ver feliz, frecuentó de nuevo a la gente y, junto a mí, se armó con lo más psicodélico del medio. "Será una verdadera aventura, como las de antaño", me dijo y me abrazó con mucha fuerza; sentí su calor de amigo y casi quise llorar: era la despedida. De seguro, él también lo sabía, no obstante lo ocultaba. Por lo mismo que predecía que era la última se animó así. Arrojó sus problemas a la basura, y nos mandamos con todo, efectivamente como en otrora. No tembló ni un minuto ni una sola de sus extremidades. No quiso estar atrás, como acostumbraba ahora último, con brazo en barra y joint en mano, observando; prefirió estar de nuevo en el medio, bailando. Lo vi más feliz que nunca, irradiaba vibras positivas. Chacoteamos con todos, toneamos, nos abrazamos, gritamos, saltamos. "Estamos bestia, hermano". Nos fuimos de acá, prolongamos el tiempo a la fuerza e hicimos de la fiesta mil horas, mil horas nuestras. Convertimos lásers en rayos y las visuales en el cielo, la música era el lenguaje del unvierso. La pasamos a mil. Salimos juntos, como de costumbre. Tomamos unas cervezas en el grifo porque estábamos muy locos para llegar a casa. Nos dirigmos en taxi cada uno a su casa, bueno, yo fui a ver a mi ex, estaba colmado de suceptibilidad y necesitaba el abrazo y el calor de alguien. Entonces, cuando bajó del carro, fue la útlima vez que lo vi. Al dñia siguiente me enteré de su óbito, me avisó su hermano. Lo encontraron en la cama, dormido, con una sonrisa y el rostro gélido. Era como si el "Silver Surfer" le hubiera dado un golpe en cada ojo. Igual, lucía radiante. Se fue bien, y como lo deseo, estoy seguro. Siempre quiso morir en una fiesta, lo más cercano a ello fue echarse a domrir después de la fiesta, con la opción de poder vivirla toda, y de ahí, inconcientemente, fallecer. Ahora yo lo velo, estoy embriagado de mezcal porque según creía era un estado natural del hombre, y era apropiado para estas ceremonias, donde el hombre, más que un hombre, debe ser un espíritu. Que en paz descanse, tremendo psiconauta. Ya encontrará cómo ubicarse en el ciclo, y lo sabe.

miércoles, 25 de junio de 2008

Una chaqueta, unas frases...

Invierno. Hace frío, ahora más que antes. Y es una mañana de lluvia.. El jueves mi madrina envió en un maletín ropa abrigadora para que sus parientes peruanos no padezcan de frío y no se enfermen y no gasten un montón de dinero en remedios y jarabes, entre las cosas había una casaca reversible. Por una cara color azul y, por la otra, verde e impermeable. Aunque se la envió a mi padre por su larga amistad, a él no le quedaba tan bien como a mí, conque la usé yo.

Era cómoda, para qué! El frío no me afectño en lo absoluto y me fascinaba su aspecto en modalidad impermeable: inflada y firme. El estilo no quedaba atrás, esta chaqueta sí que era seria.

Entré al salón y me senté adelante de Bicky, una chica super reeeegia del salón. Me acomodé bien en la silla y en un movimiento la chaqueta se infló al contactarse con el respaldar.

-Ayyyy! Qué regia tu casaca -me dijo y aplanó un poco el impermeable -está muy bueno.

-Claro - respondí -tal y como quien lo usa- Lo justo, no? Tú sabes, pues.

Reí. Ella me siguió. Continué con lo mío, pero Vicky, que era parlanchina al extremo, no dejó de detallar:

-Pero si es super gruesa - y agregó: -debe ser super abrigadora.

-Claaaro -respondí y añadí: Tiene que tener la calidad del dueño, pues, tú sabes. Siempre tiene que haber un ambiente caliente.

Vicky siguió en risas, muy coqueta ella. Ahora era mi turno, ya había empezado, unas frases más..

-Y mira -abrí el cierre de la casaca, demostrando el interior reversible- si te aburres, cambia de aspecto, así que ni por error te aburres, y ese lado es aun más cálido. Siempre como el dueño.

Vicky y yo conversamos amenamente toda la clase, a ella le gustaba comer unas hamburguesas que quedaban cerca del instituto y me invitó a acompañarla. Seguimos conversando ahí, con más connfianza y entre más risas.

Esa hamburguesa abrió nuestra relación y después de esa oportunidad seguimos saliendo. Primeor a comer, luego a bailar, y finalmente a todos lados. Vamos a tener ya tres años de noviazgo, estamos a punto de casarnos (faltan sólo tres meses, esperando el verano, por supuesto) y antes de esa plática no habíamos mantenido mucho contacto, no nos llevábamos mal ni bien, en oportunidades intercambiábamos palabras y nos saludábamos (Hola, Chau) cuando nos cruzábamos, mas nada más. Ella ni sabe que la casaca no era mía, que se la quité a mi papá. Pero ahora ya qué importa, jaja, igual la amo, e igual me ama.

Paralelo. Simultáneo

Asistí a una feria que se instaló cerca a mi localidad, tenía su público y lo debía a su llamativez, quizá su certeza y las atracciones que anunciaban: hombre con pie de gigante, artista del hambre, artista del trapecio, elefantes hindús, y los comunes gitanos.

Curioso, entré. Había de todo, pero lo que más me llamó la atención fue el puesto de la gitana. Una carpa enconada, armada de seda roja detallada con figuras doradas y sostenida por palos calculadamente colocados, cumpliendo la función de columnas que desprendía el aroma de una de las más exquisitas fragancias.

En el centro, sentada en un sofa cómodo, una trigueña gitana, con un punto en el centro de la frente y ojos jaladitos, lucía sentada, llena de paz. Poseía una mirada de confianza, de experiencia pero no de sabiduría, y también una cálida sonrisa. Llevaba velos rojos, al igual que su carpa, con detalles en dorado: ondas, serpenteadas, círculos, un sinfín de formas. Alzó el rostro y me vio. Me saludó como forastero y se ofreció, sin que se lo pida, a leerme el cigarro.

-Se te ve confundido. Siéntate tranquilo, ser extraviado - me dijo - yo aclararé tus dudas.

Me senté involuntariamente a su lado. Ella prendió un cigarrillode tabaco y me ofreció a mí.

-Toma -extendió su mano - coge uno y enciéndelo. Una vez así, da tres pitadas, en cada una de ellas piensa hondamente y no botes las cenizas, cuando hayas dado las tres, dame el cigarro.

Así lo hice. Di los toques de tabaco más profundos de mi vida, tranquuilo y seguro. Al tercer toque se lo di. Así hasta que se acabó el cigarro. Cuando se lo devolvía, ella me decía cosas sobre mi vida y semia aclaraba algunos aspectos. Pero nada de lo que yo pueda creer tanto, son cosas, nada más. Pero al terminar el cigarro, botó los ripios de tabaco del filtro y miró la letra que se formó en éste:

-!Es una C! Hay una letra C - dijo alegré.

Me pareé y me fui de inmediato, desilusionado.

*****

Asistí a una feria que se instaló cerca a mi localidad, tenía su público y lo debía a su llamativez, quizá su certeza y las atracciones que anunciaban: hombre con pie de gigante, artista del hambre, artista del trapecio, elefantes hindús, y los comunes gitanos.

Curioso, entré. Había de todo, pero lo que más me llamó la atención fue el puesto de la gitana. Una carpa enconada, armada de seda roja detallada con figuras doradas y sostenida por palos calculadamente colocados, cumpliendo la función de columnas que desprendía el aroma de una de las más exquisitas fragancias.

En el centro, sentada en un sofa cómodo, una trigueña gitana, con un punto en el centro de la frente y ojos jaladitos, lucía sentada, llena de paz. Poseía una mirada de confianza, de experiencia pero no de sabiduría, y también una cálida sonrisa. Llevaba velos rojos, al igual que su carpa, con detalles en dorado: ondas, serpenteadas, círculos, un sinfín de formas. Alzó el rostro y me vio. Me saludó como forastero y se ofreció, sin que se lo pida, a leerme el cigarro.

-Se te ve confundido. Siéntate tranquilo, ser extraviado - me dijo - yo aclararé tus dudas.

Me senté involuntariamente a su lado. Ella prendió un cigarrillo de tabaco y me ofreció a mí.

-Toma -extendió su mano - coge uno y enciéndelo. Una vez así, da tres pitadas, en cada una de ellas piensa hondamente y no botes las cenizas, cuando hayas dado las tres, dame el cigarro.

Así lo hice. Di los toques de tabaco más profundos de mi vida, tranquuilo y seguro. Al tercer toque se lo di. Así hasta que se acabó el cigarro. Cuando se lo devolvía, ella me decía cosas sobre mi vida y semia aclaraba algunos aspectos. Pero nada de lo que yo pueda creer tanto, son cosas, nada más. Pero al terminar el cigarro, botó los ripios de tabaco del filtroro y miró la letra que se habñia formado en éste:

-!Es una C! Hay una letra C - dijo alegré.

Me pareé y me fui de inmediato, decepcionado.

El Romántico

Soy un romántico. No respiro, suspiro. De vez en cuando me pasan atrocidades y mi siento mal y malo, pero cuando recupero la razón, luego de haber sufrido más de lo que debía, me siento nuevamente tranquilo. Es el redescubri de la bondad del mundo, es otorgar a lo que nos rodea su verdaderera cara y quitarle la máscara de la maldad. Entonces adoro la música, me ensaño con los astros, me hermano con los animales y resalto el rojo de las rosas. Vuelvo a ser uno con el universo, pues. Puede que este sea mi refugio: seres que no te hablan, y que en eso radica su magnificencia, porque los hombres (incluso yo) hablamos porque tenemos boca y hablamos necedades, además. La bondad es agradable, no hacer daño ni recibir daño. Y la bondad es sentirte en complemente con los elementos.

Diatriba: Hola, Qué tal?

Clase de psicología. Qué maltrato: escuchar a la porfesora hablar y hablar y poner malos ejemplos para todo lo que trata de hacernos entender. Ahora habla de controlarse creo. Habla de los estados de ánimo. Bien, mal, masomenos. Cuando te saluda alguien y te pregunta cómo estás, qué respondes? "Bien". Bueno, ella dice que eso es incorrecto. Que debes ser sincero contigo mismo y confesarle a los demás como te encuentras porque de esa manera te toleraran más y comprenderán tu situación. Caca de vaca, pues. Yo nunca me he encontrado con nadie y le he dicho estoy mal, porque es una respuesta negativa. Decirle que estás mal implicaría que te pregunte por qué y que indages en el tema, y uno lo que busca es aislarse un poco del problema, cierto? Además, nadie te va a comprender tampoco, porque es lógico. Miras a la persona y dices: ah ese loco está mal, seguro que va a estar renegando todo el día y ya nos jodimos, mejor, ni hablarle. Si le dices que estás deprimido te dicen "ay pero por qué te vas a deprimir si estás(estamos) jóvenes, hay mucho por delante" Y te dan mil frases alentadoras que no resultan serlo en la práctica. Entonces te sientes un idiota porque todo el mundo trató de ayudarte como si fueses un minusválido. Pero hoy, me voy a dar la contra, siento que necesito hacerlo. Voy a salir a la calla y a todos les voy a decir cómo estoy, de mal humor, les voy a poner una cara de ogro y les voy a insinuar con la mirada que a mí ni se me acerquen o los embisto más fuerte que un toro. Hoy estoy de malhumor, me han puesto de mal humnor, me siento culpable de mi mal humor. Yo lo ocasioné, yo lo produje, fue mi culpa. Pude dejar el celular ahí, pero NO. La llamé, le dije ven, me arriesgué a que quiera pensar que es la máxima de todas y que me muero por ella, así que cordialmente la invité. Ahora estoy de malhumor, eso basta, ya no tengo que contar la historia de lo que sucedió ni nada, al fin y al cabo estoy de malhumor. Quedé malparado, me acusaron de violento, en mi casa quieren que me pongan inyecciones de nuevo para que me tranquilice, me meten presión sobre el estado de mis estudios; en conclusión, se armó el pandemonio de nuevo. Eso es lo de menos, solo me va a poner de malhumor, de más maalhumor del que ya estoy. Y si te cruzas conmigo por la calle yo hoy sñi te diré que estoy de malhumor, y si tyratas de alivianar mi malhumor con palabritas o emostrarme con actitud delicada que así se deben comportar conmigop para que no salga de mis cabales, pues simplemente vas a recibir un puñete y ahí se acabó la cosa. Ya basta de gente desconsiderada carajo, que me jodo en ellos.

viernes, 20 de junio de 2008

Es la sexta hora (Magnífico)

¡Oh, sexta hora de viajeeeee!

Tuuuuú que muestras la verdadera cara de las cosas tras tanta belleza.

Tú, que me has devuelto el escrutinio y la facultad de ibservar, analizar, y comprender.

¡Oh! Seeexta hoooraa de viajeeee....



Tú que me dices: "Todo es posible, siempre ve más allá (más allá, más allá....)"

Tú que has cultivado en mí la sonrisa desvergonzada y el desinterés por lo originalmente importante.


¡Ohhh Sexta Hora de Via-je!

Tú que me has demostrado mi super yo y me dejas dominarlo.

Tú, que intensificas los sonidos y demás percepciones.


¡Oh-Sexta-Hora-de-Viaje"

Dilate más y máy no te alejes jamás.





miércoles, 18 de junio de 2008

Historia Breve

Hubo una vez un campesino que tuvo una novia, pero ella dejo de serlo porque le fue no infiel, sino desleal. Le falló con otro hombre. Se acostó con otro y presa de la culpa lo confesó todo. El hombre solo la despidió de la casa y trató de despedirla también de su corazón, sin embargo era una tarea difícil y no pudo desechar el recuerdo. Mas no demostró su pesar y se mantuvo en apariencia ecuánime, llevando la pena solo por dentro.

En el último trabajo que consiguió gracias a su viejo amigo Godofredo, se topó con el hombre con que su novia lo había traicionado. El relacionó el aspecto del sujeto con la imagen que se había formado luego de la culposa descripción que le proporcionó ella dentro de su confesión, y supo certaremente que él era. Y no se equivocaba. Entonces lo vio con encono y pensó despellejarlo ahí nomás, frente a los demás campesinos, no obstante, algo lo contuvo. No se preocupó, tarde o temprano se vengaría.

Al inicio lo eivitó, pero luego, cuanod el trabajo requería de todo el campesinado, supo que quisiera o no tendría que toparse personalmente con él. Preocupado, habló con su amigo:

-Godofredo, necesito tu ayuda -le dijo.

-Dime, estimado amigo respondió Godofredo.

Rigoberto le contó lo del hombre ese, Melquiades, y le preguntó qué hacer. Hablaron largo y tendido sobre el asunto, y después de la conversación se sintió mejor. Optó por esperar la venganza, por sembrarla y cuando esté bien crecida cortarla con mayor placer.

Entonces, según lo que había planeado secretamente, a la siguiente jornada, cuando se topó con Malaquías no lo evitó, produciéndose así su primer contacto. Ambos se presentaron. Rigoberto se hizo respetar sin hacerse conocer y se ganó la confianza del otro. Así fingió ser su amigo, guardando reconcor hacia ese cretino. Muy pronto daría el golpe, esperaba el momento oportuno nada más. Y sabía que por necio que sea su acto de venganza tendría siempre el respaldo de su amigo Godofredo, y eso lo tranquilizaba: saber que alguien lo apoyaba.

Una tarde Malaquías propuso salir una noche a beber por la "camaradería", Rigoberto, sin alternativa para rehusar, aceptó.

Llegada la noche Malaquías debía pasar por la casa de Rigoberto, peor justo esa noche recibió, después de dos meses, una llamada de Celestina, la mujer con la que se habñia acostado a sabiendas de que era comprometida y que solo la utilizaba por fines hedonísticos. La invitó a salir esa noche, ella aceptó con placer, y decidió llevarla a casa de Rigo, presentársela y salir los tres para que después el se abriera con Celestina.

Rigoberto estaba en casa arreglándose y pensando en cuando dar el golpe que defogaría su furia sobre aquel nefasto hombre, ya que a la mujer, por motivos todavía de amor, no la podía lastimar.

Sonó el timbre y cuando abrió la puerta vio a los dos besándose. De inmediato reconoció a la mujer y se seintió más traicionado. Cuando ella lo vio, se quedó perpleja. Rigoberto no vaciló, sacó el arma de su fundillo y dijo:

-Malaquías, tú y esa mujer han mancillado mi honor.

Malaquías entendió todo y supo que el era el hombre al que había participado a sacarle los cuernos. Celestina seguía pasmada. Ya no tenían nada que hacer.

-Y tú, mujer deslead -dijo apuntándola con el revólver- pagarás tu deslealtad y más.

Apretó el gatillo dos veces, hiriendo en la cabeza a ambos. Miró como morían en su suelo y como ensuciaban su alfombra con la sangre. Pensó que todo pudo haber terminado antes, que de nada servía aplazar lo que se puede hacer de una vez, y que esto era tan negativo que acarreaba consecuencias como esa. En vez de matar a dos personas pudo haber matado a una. Finalmente, ni le importó.

Se mudó y nada se supo ni de él ni de los muertos.

martes, 17 de junio de 2008

Tengo ganas. (A veces).

A veces no me faltan las ganas de tenerte ganas. Ganas de disparar .

Se busca: Alter Ego perdido


Me he perdido. Oh, lástima! Dónde está el Rubén Adán terrible? El dinámico, el jodido, el impulsivo, el cargoso, el hiperactivo... Todo es culpa del autocontrol: pensar y modularme. Pensar y modularme, bla bla bla. NO! No puedo más! Mi otro yo grita dentro de mí, está desesperado. Pero, ¿por qué no le hago caso? ¿Por qué lo ignoro? Lo peor: ¿Por qué lo callo? A él, a uno de mis mejor amigos, a uno de mis mejores cómplices y aliados... Escucha como lo callas y se decepciona de ti mismo, no comprende la razón de que lo tengas atado y encerrado, no conecta ni procesa lo quye le estás haciendo, pues no lo cree. ¿Es verdaderamente para mi bien que lo mantengo inactivo? Yo creo que debería salir tal león hambriento escapa de una jaula ni bien ve las rejas abiertas. Pero.. ¿qué hago? Debería sentirme mejor conmigo mismo llevando esta modalidad, pero me sucede lo contrario, me siento incómodo y confundido. Eso de tan solo observar y callar, de mirar lo que sucede y no reaccionar, de mantenerme así, apaciguado. Es que ese no soy yo. El yo verdadero ya hubiera renunciado al trabajo, ya se hubiera rapado la cabeza, ya se estaría volviendo loco. Pero este no reacciona, y eso es lo que más me molesta, su maldita pasividad. Ya son tres semanas así y no aguanto, esta va a ser la útima, es una semana de decisiones, donde las dudas y las certezas jugarán un papel importante en mis determinaciones, además, una semana donde todo vale: escuchar, hablar, analizar, interpretar, ser analizado, todas las voces valen, las del bien y las del mal, las de los bienechores y la de los malechores, todas reunidas para un acto decisivo: una decisión.

lunes, 16 de junio de 2008

Écos

Escucho écos en mi cabeza. Están en todas partes, como si mi cabeza se tratara de voces sonando en un callejon cerrado. No me dicen algo concreto, sólo se reproducen y ya. Lo cierto es que me están aturdiendo, me están enredando, me están confundiendo. Lo hacen porque suenan e interfieren en mis acciones, por ende las atropeyan y dificultan, y eso a mí me aturde en exceso. Los escucho desde hace un tiempo. Las primeras ocasiones, ni me daba cuenta de ellos, pues pensaba que eran efecto de mi cabeza o del regreso del viaje, sin embargo en las siguientes sí me inquieté, pues descubrí que eran involuntarios y que no obedecían a ningún proceso de la mente. Ahora ya no sé qué hacer con ellos, suenan y resuenan y no los puedo quitar de ahí. Me están enfermando porque cada vez los escucho con más frecuencia y con más potencia, y yo ya no entiendo ni sé qué hacer, ya que ahora -justo en este momento- solo parecen decirme que les debo obedecer. Parecen cobrar vida, coño, parecen querer decirme algo concreto, como si me soplaran qué rumbo tomar. Quizá son señales y no me he dado cuenta, quizá sólo son écos.. .Pero, cómo descubro eso?

sábado, 14 de junio de 2008

Purple Haze (Jueves de Perdón)

El otro día daba vueltas por mi sala y vi que en la tele mi mamá veía un programa esotérico. Como suelo burlarme de ese tipo de cosas, me senté para tener fundamento de lo que diría. Pero los efectos fueron los contrarios. Quizá era porque estaba tan high que todo me llamaba harto la atención, que al final terminé prestándole más importancia de lo usual a lo que escuchaba que decía la tía esotérica. Decía que era el jueves del perdón y no sé qué más, que había que pensar en morado y perdonar interiormente a todas las personas que considerábamos estaban en falta. Y no sé por qué le presté tanta atención! Porque terminé creyéndome todo el rollo! Pensé que nada perdía, por útlimo me considero de pensamiento abierto y creo que todas las posibilidades, de existir, es porque deben tener siempre probabilidad de efectividad. Era lo mismo que creer en Dios. Así que decidí pernsar en morado. Al inicio no lo concebía. Morado? Ya he pensado en colores: amarillo, azul, verde... pero, morado? No entendía. Traté de buscar en mi memoria relacionados a este color pero nada a excepción del Señor de los Milagros. En eso no podía pensar, porque mezclaba una cosa con la otra. No sé por qué morado me sonaba a viscocidad. Noté que era por un capítulo del "Fantasma Escritor" donde el protagonsta era un puaj morado. Traté de buscar algo más adecuado. Saltaron a la memoria los teletubis: imaginé el campo verde y burbujar moradas subiendo al suelo. Estaba mejor, estaba progresando. No sólo era el morado, también era el acto en sí de perdonar. Soy muy resentido y para que perdone a alguien tengo que ver que la persona sienta realmente el acto que causó tal resentimiento. Eso casi nunca suele suceder. A mí tampoco me gusta demostrar que estoy arrepentido, doy la impresión de siempre para adelante. Es una cuestión de orgullo. Ya, ya.. sí me lo han pisoteado alguna vez, y quizá por eso ahora me guardo tanto de las consecuencias de juntarme con algunas personas. Vuelvo al morado. Me acuerdo de la Fábrica de Chocolates, pero ahí todo era marrón. Uno o dos arreglos a la imagen: lagos de morado, praderas de morado, estoy mejorando! A quién perdono (supuestamente). Dos imágenes, dos personas. Personas importantes, pero una ingrata y la otra hipócrita. El morado regresa a su original marrón chocolate. Se cayó todo. Intento de nuevo. Quizá no era lo mejor suplantar el chocolate por el morado y por eso se me cayó la imagen. Pienso. Pienso. Pienso. Nada. Jimi Hendrix me salva la vida. "Purple Haze". Canto mentalmente la canción. Da resultado. Esta canción siempre me hacía imaginar mi cabeza llena de un gas morado. Morado, hay morado por todos lados. Lo he logrado. Pongo las imágenes de las personas, estropean el Pruple Haze, pero sale de nuevo. Esas rolas de Hendrix sí que son el mejor remedio. Podría citar 100 canciones más de él, todas certeras. Seguir con el morado, preocuparse más por las imágnes. Qué sentido tendrá? Se supone que me sentiré mejor conmigo mismo después de esto, se supone que estoy haciendo algo bueno. Me ayudará, estoy seguro. Sacará los karmas y me limpiará. Sonrío. Me siento mejor. Que siga el Purple Haze, aunque estas dos personas no se lo merezcan. No se lo merecen, por eso lo hago por mí, para mi bienestar, egoístamente. Morado. No importa, total, es el día del perdón. Ja. No sé si después de este ejercicio las habré perdonado, pero al menos lo intenté, y eso es lo bueno, cierto? Di que sí nomás.




jueves, 12 de junio de 2008

Auge

Una vez tuve una aventura, en un año de aventuras, que fue la aventura más grande que jamás haya vivido. O experimentado. Una aventura que significaba mucho para mí, que yo la conciliaba no como una aventura sino como un rito a cumplir. Además llegaba en desventaja: del cielo me había caído un duro golpe dos horas antes de la batilla. Pero aun así la superé. Ha sido lo más grande que jamás he vivido. Y creo que nunca lo repetiré. Esa vez fue única. Tuvo lugar en mi país, en mi ciudad, en Santa Anita, en un tal Club Hebraica. Si lo sabes, no te voy a decir más. Y si no, tampoco, quédate con las ganas. Es algo que quería contar. No siempre se reta a la vida y a la muerte, no siempre se cruza el umbral tan jodidamente entre los mundos, jamás se hacen esos retos a los seres superiores, son una falta de respeto, y pueden merecer castigo.. Castigo de ya no abrir los ojos. O de poseer una médula espinal congelada. O de tener un cerebro en electroshock. Espasmos, esquizofrenia, paranoia, y muchas cosas más. Una aventura, de la que rara vez a suceder, volverá.

domingo, 8 de junio de 2008

Mira dónde me escondo...


¿Qué les puedo decir? Sólo que tras esa máscara jamás me van a encontrar. Claro que no, puesto que cuando la uso yo ya no estoy acá, sino que estoy allá. No sé qué tengo, pero de cuando en cuando me la pongo, cuando me muero de miedo y no quiero que nadie me vea, cuando me siento extraño, cuando me percibo irreal, entonces la uso y doy solución a mis problemas. De hecho que soy un loquito más del montón, pero ya pues, no te digo que cuando estoy detrás de ella ya no soy yo sino que soy el otro? Ya pues, entiendes de lo que te estoy hablando o no? Rayos, deja de joderme, ¿sabes qué? Me la voy a poner, ablao!

Blogger Trabajando

Eeee.... Estuve dando vueltas por la web y visité más blogs. Es algo que nunca había hecho. Aunque no lo crean, para mí, el dominio de los blogs no excedía al mío, pero uno siempre tiene que salir de donde se ha quedado estancado. Entonces, comencé a explorar. Y me desilucioné en dicha exploración, ya que encontré muchos blogs mucho más interesantes al míos en cuanto a contenido y a diseño. Lo del contenido, es inevitable, si hay quienes son mejor que yo pues solo mi esfuerzo podría revertir tal situación; en cambio lo del diseño me es más accesible. Por eso el blog va a estar variando en algunas cosas durante una o dos semanas, hasta que encuentre la clave de ponerlo como quería y de incorporarle todo lo que le hace falta. Por el momento ya incluí subscripciones y contador, pero no todo anda bien. Así que bueno, a ver qué sale.

miércoles, 4 de junio de 2008

Oye las voces del río...
















Aléjate de los males. Piensa. Medita. Encuéntrate a ti mismo. Descubre la unidad entre el universo y la persona. Sé más que el que está a tu lado, redime sus vergonzosos actos con tu indiferencia, que los demás no te dañen. Oye las voces del río, y lo comprenderás.