miércoles, 18 de junio de 2008

Historia Breve

Hubo una vez un campesino que tuvo una novia, pero ella dejo de serlo porque le fue no infiel, sino desleal. Le falló con otro hombre. Se acostó con otro y presa de la culpa lo confesó todo. El hombre solo la despidió de la casa y trató de despedirla también de su corazón, sin embargo era una tarea difícil y no pudo desechar el recuerdo. Mas no demostró su pesar y se mantuvo en apariencia ecuánime, llevando la pena solo por dentro.

En el último trabajo que consiguió gracias a su viejo amigo Godofredo, se topó con el hombre con que su novia lo había traicionado. El relacionó el aspecto del sujeto con la imagen que se había formado luego de la culposa descripción que le proporcionó ella dentro de su confesión, y supo certaremente que él era. Y no se equivocaba. Entonces lo vio con encono y pensó despellejarlo ahí nomás, frente a los demás campesinos, no obstante, algo lo contuvo. No se preocupó, tarde o temprano se vengaría.

Al inicio lo eivitó, pero luego, cuanod el trabajo requería de todo el campesinado, supo que quisiera o no tendría que toparse personalmente con él. Preocupado, habló con su amigo:

-Godofredo, necesito tu ayuda -le dijo.

-Dime, estimado amigo respondió Godofredo.

Rigoberto le contó lo del hombre ese, Melquiades, y le preguntó qué hacer. Hablaron largo y tendido sobre el asunto, y después de la conversación se sintió mejor. Optó por esperar la venganza, por sembrarla y cuando esté bien crecida cortarla con mayor placer.

Entonces, según lo que había planeado secretamente, a la siguiente jornada, cuando se topó con Malaquías no lo evitó, produciéndose así su primer contacto. Ambos se presentaron. Rigoberto se hizo respetar sin hacerse conocer y se ganó la confianza del otro. Así fingió ser su amigo, guardando reconcor hacia ese cretino. Muy pronto daría el golpe, esperaba el momento oportuno nada más. Y sabía que por necio que sea su acto de venganza tendría siempre el respaldo de su amigo Godofredo, y eso lo tranquilizaba: saber que alguien lo apoyaba.

Una tarde Malaquías propuso salir una noche a beber por la "camaradería", Rigoberto, sin alternativa para rehusar, aceptó.

Llegada la noche Malaquías debía pasar por la casa de Rigoberto, peor justo esa noche recibió, después de dos meses, una llamada de Celestina, la mujer con la que se habñia acostado a sabiendas de que era comprometida y que solo la utilizaba por fines hedonísticos. La invitó a salir esa noche, ella aceptó con placer, y decidió llevarla a casa de Rigo, presentársela y salir los tres para que después el se abriera con Celestina.

Rigoberto estaba en casa arreglándose y pensando en cuando dar el golpe que defogaría su furia sobre aquel nefasto hombre, ya que a la mujer, por motivos todavía de amor, no la podía lastimar.

Sonó el timbre y cuando abrió la puerta vio a los dos besándose. De inmediato reconoció a la mujer y se seintió más traicionado. Cuando ella lo vio, se quedó perpleja. Rigoberto no vaciló, sacó el arma de su fundillo y dijo:

-Malaquías, tú y esa mujer han mancillado mi honor.

Malaquías entendió todo y supo que el era el hombre al que había participado a sacarle los cuernos. Celestina seguía pasmada. Ya no tenían nada que hacer.

-Y tú, mujer deslead -dijo apuntándola con el revólver- pagarás tu deslealtad y más.

Apretó el gatillo dos veces, hiriendo en la cabeza a ambos. Miró como morían en su suelo y como ensuciaban su alfombra con la sangre. Pensó que todo pudo haber terminado antes, que de nada servía aplazar lo que se puede hacer de una vez, y que esto era tan negativo que acarreaba consecuencias como esa. En vez de matar a dos personas pudo haber matado a una. Finalmente, ni le importó.

Se mudó y nada se supo ni de él ni de los muertos.

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