martes, 11 de noviembre de 2008

La costumbre impera

Desperté por la mañana medio cansado, el día anterior había tomado antibióticos y me moría de hambre. Estuve toda la mañana en casa porque eludí las clases, no era momento para estar sentado en un aula llena de gente que poco o nada tienen que ver conmigo. Estaba mareado, quizá de tanto canabis del día anterior... o de los días anteriores... No sé, el domingo había pasado el día fumando y durmiendo, fumando y durmiendo y viendo Tv y durmiendo. Claro, con su respectiva salida a la calle, ya estaba cambiando el clima y en el malecón comenzaba el espectáculo celestial a partir de las 5pm. No me lo podía perder. A las clases de diseño sí asistí, estas eran más didácticas y me entretenía estar jodiendo a todas las chicas del salón con mik compañero surquillano de al lado. No había fumado en todo el día, estar ahí, sentado frente al ordenador, ayudaba a despejar la poca ansiedad que tenía por fumar. Sinceramente, no la tenía. Como no tenía motivos para dejar de fumar ese día. Por lo mismo que así era mi vida, y porque quienes me rodeaban día a día eran igual de fumones que yo, todos solíamos fumar a diario, como si se tratase de algo normal. De seguro, para nosotros era ya algo totalmente normal. Entonces, cuándo me preguntaban si dejaría de fumar, yo nunca encontraba una respuesta para hacerlo. No soy tan tonto como aquellos que se limpian unos días solo para demostrarse que no están atados a un vicio, yo no tengo qué demostrarme, soy yo mismo, creación mía, sé perfectamente lo que soy y lo que no soy. Tampoco soy la clase de imbécil que se guía por los comentarios de los demás y evita fumar unos días para no sentirse "adicto". Adicto a qué? No había por qué ser adicto a nada, uno no tiene la culpa de que le agrade saborear el exquisito y espléndido sabor de la hierba. Acabaron las clases y con eso casi mi día terminado, iría a casa, vería Tv y adiós fumar el día de hoy. No tenía ganas, como el mismo día de este año que tampoco fumé. Esa era la razón, y era una buena razón. Lamentablemente después del instituto no iba a ir a casa, me tenía que encontrar con un par de amigos para coordinar algo acerca del fin de semana. Era mis amigos, por ende, fumaban. Nos encontramos en la bajada Balta, caminamos hacia el puente de madera, el que está cerca del terrazas y en posición paralela al puente Villena, donde muchas personas no dudaron en arrojarse al vacío y olvidarse de esta vida. Mientras caminábamos, Sebastián desmoñaba hierba en su mano. La vi. Ahí estaba, la hierba, la hierba que no quería fumar, pero yo ya estaba ahí, con ellos, de todas maneras expresaría mi decisión.

-Hoy no he fumado alucinen -hice una pausa- y no pienso fumar.

-¿Por qué? - me preguntaron. Resalto el gesto displicente y de extrañeza que produjo el rostro de ambos.

Por qué? Por qué no quería fumar? Realmente era porque no quería? Pero, por qué no querría? No tenía sentido lo que yo estaba haciendo, me sentía elevado de por sí porque calculo que el 90% de la sangre que circula por mis venas está compuesta de THC y no de ADN pero eso jamás fue motivo para que me abstenga un día a fumar. Esta era mi vida, desde hace tiempo. Y me gustaba, a pesar de los tantos disgustos. Bah, un poco de hierba más un poco de hierba menos, igual sería para mí.

-Ok ok, vamos a fumar -dije.

Me rotaron el joint, di unos toques, and here i'm again!

4 comentarios:

Craft dijo...

Precioso blog, me encanta el banner de cabecera.No se ve mucha estética amigable en la blogósfera; más bien casi todos queremos ser muy malos y eso (como si no hubiera suficiente maldad en la realidad diaria).
Generalmente leo con calma en mi casa os textos, que guardo en mi pendrive.

Llegué acá por tu comentario en Pura Vanidad.

Nos vemos, un abrazo desde el país de los prepotentes chilenos.

Rick

vagabundo dijo...

gracias por el saludo men, y el pisco es peruano! si piensas así, todo bien. jaja, saludos!

Anónimo dijo...

Bueno yo no soy anti-cannabis, sólo faltaria; pero tambien tengo que decir que la gente que suele fumar muy a menudo y por periodos de tiempos muy prolongados, acaban perdiendo reflejos y memoria; eso es un hecho. Yo creo que es mejor usarlo de forma esporádica.

saludos!

vagabundo dijo...

es el prácticamente único argumento negativo irrefutable (todos los demás se pueden contrarrestar) sobre la ganjah: que te afecta la memoria a corto plazo. pero en fin... jaja