Bien guardado en un lugar recontra caleta tengo lo que me sobró de la juerga del otro día. No voy a mencionar todo, sólo al protagonista del cuento: el pomo de poppers. Su efecto es bajo si es que no estás tripeado o roleado o en algún viaje en general, por eso voy a probar qué tal va con el clonazepan. Unas mierdas que se han infiltrado en mi cabeza, en mi memoria, en mi razonamiento, me joden más que toda la droga que tengo atracada en las fosas nasales, en el cerebro y en el estómago; es horrible. Necesito colocarme de nuevo, irme al radical bondad o al extremo perversión. Una de dos saldrá. Como 1mg de clonazepan, antes he fumado medio joint con turbo, esto va a chorrear en definitiva. Ahí está el endemoniado pomo que me seduce desde que abro hasta que cierro los ojos e incluso durante el sueño, es que es tan fácil aplicarlo, un par de olidas y ya estás, se te calienta la cabeza y el cuerpo se va para atrás. Además el efecto es efímero, nada que te haga arrochar todo el día porque estás con los ojos abiertos al máximo o porque las ojeras se te acelestaron. Pues ahí va, qué tal irá la combinación? Eso se verá. Saco el frasco de su escondite y directo a la fosa nasal derecha y luego a la izquierda, el olor extraño de la sustancia trepa por los conductos y ataca frontalmente al cerebro. Me quita la respiración, agudiza mi oído, ondea mis movimientos. Funcionó, sí, funcionó con el clonazepan. Estoy chorreadazo, hecho una gelatina desparramada en mi cama. El techo me da vueltas. Tengo espasmos en el cerebro, aún no me he recuperado de la del fin. Pero ya estoy bien colocado, esperando que el valium haga efecto y termine todo esto o que se me vuelva a antojar coger el pomo que está a mi lado. Otro cuarto más de clona por si acaso, a ver si sube algo. Tengo hambre, pero eso es de humanos frágiles, yo soy un alma ambulante, el hambre, el sueño y la sed no me corresponden, me corresponde ya ni caminar sino tambalearme y chocarme contra todo. Qué desastre, soy un mutante.
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