lunes, 8 de septiembre de 2008

El Parque de los Perros


Una vez en el tiempo el Malecón de Barranco fue un lugar acogedor e inspirador àra muchos de nosotros. Bastaba salir de casa e ir al Parque de los Perros para encontrar a la gente. Todos, sentados en las bancas, lanzaban y conversaban amenamente. Encontrabas a todos, hasta a Agüero, que venía de Chorrillos en bicicleta. Era nuestro punto de encuentro. Entonces se construyeron los edificios burgueses. Las casas desaparecieron. El parque olvidó la tranquilidad, se llenó de bulla, de tierra, y de desperdicios de alimentos de los obreros, pero aún era nuestro parque. No teníamos título, sin embargo éramos los dueños. Las construcciones siguieron avanzando, se terminaron y de gente nueva y de otros sitios se llenaron. Quizá algún día los veamos por el parque, pensábamos ingenuamente; pero ni por las calles caminando los vimos. Gente nueva en el barrio, gente de otros lados. Esas horribles construcciones nos fastidiaban, pues ¿dónde habían quedado las casas? Entonces resultó que nos convertimos en intrusos, y que con nustras reuniones en el parque alterábamos su tranquilidad. Jovenes frente a hombres ricos. Nuestras pláticas y reuniones irrumpían su parsimonia, pero si era un parque... ¡Nuestro parque! Ahora ya no hay bancas, las cambiaron por pasto y una figura dizque abstracta que vi en un tamaño más grande en la sala de arte de mi barranquino colegio: un clip rojo. ¿Qué significaba? Nada, probablemente, aunque quizá signifique algo y yo no lo sé, ignorante del arte, pero es que yo no soy un burgués, pues. ¿Qué tenía que ver esa figura roja con nosotros, o al menos con nuestro patrimonio? Nada. Ahora el parque permanece vacío, sin ningún alma, y nuestras conversaciones y reuniones ahí desaparecen en la niebla del pasado, que viene desde Chorrillos y se va hacia Miraflores.




1 comentario:

Unknown dijo...

Menuda desgracia, los espacios públicos y con buen uso deberían ser sagrados y no presa de los caprichos burgueses y especulativos.

Un saludo y gracias por tu comentario