martes, 23 de septiembre de 2008

Ascensor


He estado tomando tranquilizantes-pastillas para domir en los últimos día (qué feo farmacodependiente no?) pero en los últimos dos días he tomado un poco más de costumbre... es que no podía dormir. Me he levantado medio pesado medio ligero con la cabeza media volada. Veo el reloj, son las diez de la mañana, no es la hora perfecta, pero comparándola con las seis am y exabrutos durante las horas de sueño, esto está magnífico. Quiero dormir hasta las tres, todavía es muy temprano para empezar a pensar, tomo 0.5 más y desayuno maca y al rato un cigarro.

Mi mamá pinta sus biombos, tiene que completar 100, se está esforzando bastante; yo acá, rascándome la cabeza y mis problemas ocultados en la neblina del sueño. Pregunto rápido si está ya lo que me mandó mi tía, es lo único que se me ocurre. Un celular, sapito, Samsung, no tiene cámara pero es a colores; no es perfecto, pero a comparación a la basura blanco y negro que tengo está genial. Es AT&T la basura, una de esas compañías norteamericanas que contaminan mentalmente a todo el planeta. De inmediato pongo mi chip y mientras mi vieja me advierte que a veces, cuando vienen de otros países, hay que decodificarlos, "qué salada". Putamare, ahora hay que mandar a arreglar esta mierda. Qué tal chingada, hasta que lo conviertan... "Tímbrale a tu papá", me aconseja mi progenitora, tan comprensible o ya tan harta de mí y mis comportamientos, pero ella también sabe que fui presa de un experimento manipulatorio, es más, ella lo sabe más que yo. Al rato contesto el teléfono: "Oe viejo que el celular no funciona -me corta: "ahí tu tía te ha mandado otro". -Ese PE!". Me explica como si yo fuese un retrógado (sabe que hay que hablarme con paciencia, más ahora, en estos días) que lo va a mandar a arreglar, pero yo no tengo tiempo para seguir con ese incunable de los celulares.

-¿Qué, cuándo?

-Ya en un rato voy por la casa - responde, más calmado que yo con el tranquilizante. vaya....

La cuestión del celular estaba solucionada: papá hizo caso. Le pregunto dónde están las gafas hippie (netamente hippie, con lunas redondas y medio arco entre ellas, patas bronces... una delicia, amo los setentas) y donde me dice están y donde están las cojo y de las manos donde las cojí van a mis ojos.

-Ya vez mamá, esto sí es estar dopado, nada que joints... -digo exhaltadamente- mira: maca (no me gusta el café, la maca también te despierta), cigarros y tranquilizantes... Bayly tenía razón, aunque lo de el es Prozac, pero esto es la misma mierda al fin mamá, la cosa es que te sientes como Superman (no es algo que desse, lo contrario, peor que voy a hacer?)... aunque por las tardes no hablo.. y por las noches me da la melancolía.

Al menos esa melancolía no me hace llamar ni nada, hasta me deja postrado en cama como para no entrar a internet y ver todas las mierdas que hay por ahñi botadas. Le pido dinero para comprarme la serie Weed, una serie de fumones, no le he dicho que trata de eso, aunque así lo supiera solo me miraría.

-Tu papá te ha dejado dos soles -indica donde están, en la mesa.

Ah, chévere.. pero: NOOOOO! Sigo requintando. Pero mamá es que también necesito para una recagra, que ya que no puedo entrar a internet. Me quejo que por esa perra de mierda tengo negado el acceso a internet, solo para no joderla, sí sí, mientras la puta abre sus piernas por ahí, me mintió indiscriminadamente durante un año y ahora camina y juerguea tranquila la pendeja, pero qué tal concha!

-Todos los websites que leo está ahí su puto link -explico, exhaustado-. "Pastillas Superman antes de las 12am", deberían llamarse - incluso en una página donde siempre visito, es más, es la que más leo!

Mi mamá sigue pintando sus cosas, me escucha atentamente. Por la avenida, que se ve desde mi ventana, no transucrren carros, aún no está terminado el metropolitano que durante tanto tiempo ha agitado el tránsito. Todo esto no me distrae de mi ira, que ya no es tan ira, pero es ira, al fin y al cabo, deben ser las ansías de la venganza, pero eso ya está olvidado. Que se joda.

-Un día le voy a dar diez soles a Pollito para que le reviente la luna de un piedrazo - digo y mi pensamiento se desvía.

En todo esto persuado a mi vieja para que me dé el dinero que necesitaba. Yo sigo putendo a la perra... Mi mamá me dice que yo ya sabía cómo era ella, que me paraba mintiendo...entonces la interrumpo:

-Mamá! Tú sabes cómo soy yo, todo lo que hago yo, en cambio ella, me mintió a mí, le miente a sus padres, le miente a sus amigos, es una hipócrita egoísta, que solo intenta fingir lo que no es para que crean que es "buena" -agrego con tono de justiciero-: La verdad siempre se sabe, felizmente.

La idea me pareció genial así que cogí el lapicero y la servilleta y el otro cigarro que me dio mi mamá, intento escribir algo así como una poesía "subersiva", pero la idea se me ha ido, como siempre, y lo único que dice en el papel es "mentía" bis.

-Guárdamelo por ahí mamá, no dice nada pero algo saldrá - me rió y mi mamá también.

Suena el timbre, no le presto ni atención porque siempre son los tipos que te dejan la agenda de cable o el recibo de luz. Sigo pegado en la servilleta, la saqué de donde la dejé porque me pareció ilumninarme pero sigo ahí, con "mentía" en una servilleta, ah, he agregado "ella". Mi mamá abre la puerta del departamento, será su amiga la peluquera... Pero es mi tía Rosa, la que canta en NovaLima y yo acá con las gafas puestas, no tardo en levantarlas para no hacer roche.

-Hola tía, cómo estás? - "aquí bien sobrino", sueno tan encantador. Así se sentirá ser hipócrita?

Mi mamá me da el dinero, me meto unos hits porque estos tranquilizantes me han dejado a mil, la calle podría ser chévere. Recalco que no me bote ese papel y que ahí no dice nada pero que dirá, mi tía también ríe. Sabrá de mi genialidad de escritor? Bah imbécil, eres un simple blogger. Solo hago recorridos cortos, muy cerca a mi barrio, los lugares, las situaciones me traen retormentos. Ahí sí me bajo las gafas, la calle... aunque las subo un momentico porque al frente está parada en su puerta la mamá de mi vecina, es del barrio la tía, puede estar hablando mal de mí luego, y solo por sospechar que uso gafas en invierno y que es por algo. Vaya si estoy deductivo... o paranoico. me las vuelvo a subir, vista oscura.

En la farmacia (donde haría la recarga) vuelvo a subierme las gafas. Qué tal problema, pero ella es quien me vende los tranquilizantes sin receta pues, sospecharía. Aunque de hecho ya sospecha, sí ahí compro mis condones, ahí compraba mis gotas... para qué cité los condones? Ideas intransigentes. Haha, tu diciendo que ibas a usar las gafas porque no querías que nadie jamás te viera la cara y a cada rato te las tienes que subir, haha. Con la recarga lista regreso a la calle y a mi visión oscura, camino bastante agitado, tengo la sonrisa de oreja a oreja, pero eso no es lo que sucede adentro, es un efecto ilusorio de la dopadez, así es cómo se olvida? Sí es asi voy por buen camino, todo con tal de eliminar los karmas que dejó impregnado por todos lados. En todo mi recorrido mi cerebro ha ido como qu escribiendo en mi cabeza todo lo que sucedía, me parece que sería un gran cuento, tengo que publicarlo, sería un éxito. Tiene confusión, vértigo, todo lo que más me gusta de un buen cuento.
-¡La voy a publicar, la voy a publicar! - grito con júbilo por la calle.

Pero... publicarla, o no publicarla? No quiero entrar a interner, para qué la publicaría? El cigarro me ha tranquilizado (ya cuántos voy, seis marlboros rojos?) y me hace pensar mejor la situación. ¿Publicarla o no publicarla? Efecto ascensor también se debería llamar. Queda camino hasta el puesto de los DVD's, tengo tiempo para pensar la situación. Me he desanimado, no voy a publicar nada, además ese cuento estaría bastante gastado y la situación es una mierda. No, no hay nada que contar.

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