martes, 8 de julio de 2008

Droga

¿Quién dice que la droga se come o se fuma? MIENTE! La droga no se come ni se fuma: se escucha. Claro, la droga más potente de todas entra por los oídos. Y es la más adictiva de todas, porque está directamente conectada al cerebro. El cerebro te pide, te pide, dame, dame, dame de escuchar. Entonces, si no hay música, empieza a falsearla: cantas, tarareas, haces ruidos con la boca, sudas, estás desesperado, no quieres escuchar carros, quieres deleitarte con más y más música. Sientes que la necesitas urgentemente, que de eso depende tu ánimo, tu rendimiento en el día. Y esta sí que te hace bien. No te destruye las neuronas ni nada, lo único es que, por la paralela adicción al volumen que desarrolla, peligras de quedarte sordo o de empezar a escuchar mal. También puede causar una paranoia auditiva: te parece escuchar sonidos donde no los hay. Les explico, caminas por la calle y sientes vibraciones sonoras a tu alrededor, hay algún sonidito extraño, no perteneciente al medio en el que estás, que tu pareces escuchar. Pero no es un problema muy grande, es soportable. La tolerancia hacia la música se desarrolla con el volumen: cada vez debes escuchar más alto para que vaya más rápido y con más furia al cerebro. No se sabe cual es su componente activo, y mejor así, ya que no se sintetizará ninguna sustancia y la música será siempre la misma. La música es la mejor de las drogas, es la que mejor le cae al cerebro y la mejor que pudo inventar el hombre, ya deja de perder el tiempo y bota a la basura ese puto televisor, pégate a la radio y cómprate un reproductor. Es hora de la revolución.

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