(Entre lunes y vienres: De once a tres)
me refugio en este cuarto para dos:
mi mente,
y yo.
mi mente,
y yo.
La vida, sí,
pero que sea de madrugada.
encuentro dulce al insmonio,
encuentro dulce al insmonio,
pero mañana tengo trabajo.
los ojos parecen inflamados,
los ojos parecen inflamados,
el cerebro también: de ideas.
la pantalla despide luz,
no basta para sacarme de la oscuridad.
algunas ánimas deben estar igual que yo.
nos encontraremos
en algún sitio, quizá
no sé si sea cómodo
algunas ánimas deben estar igual que yo.
nos encontraremos
en algún sitio, quizá
no sé si sea cómodo
o desagradable
el contacto nos irrita
así seamos similares
o, quién sabe...
tal vez mañana sea otro día,
hará sol:
***
(Entre viernes y domingo: De once a seis)
quiero permancer despierto / mientras dure la noche
una vez que se haga el día / ya todo habrá acabado
solo en ese momento me resignaré
solo en ese momento me tiraré en la cama
y una vez allí
cogeré mi frasada
y me taparé hasta la cara / para que así no entre la luz
yo quiero permanecer en la penumbra
en la ácida oscuridad
ese lugar cálido / donde no me cuesta estar
todos callan
y ese silencio les asusta
mientras tanto...
colonias de insectos urgan bajo la tierra
y hacen su vida
las ratas salen de sus agujeros,
se pasean por las alcantarillas
y por las calles / con luces rojas sobre sus carros...
están todos hipnotizados
y no se necesitó quien domine el péndulo
compramos nuestra hipnosis:
tiene alta definifición y es tactil
en oferta y en cuotas
la muerte es aplazada
yo no quiero salir a la calle
y ver a todos esos cuerpos
exánimes deámbulando
un poco de alcohol los reanima: de jueves a sábado
y el lunes:
padecimiento otra vez,
mientras sus maletines los empujan al ascensor
que los sube a su trabajo.
prometo que yo no quiero ver nada nada
que no sea esta oscuridad que me rodea
entonces, con estos pensamientos
me hundo bajo mi frazada
y mientras más desciendo
más vivo me siento...